El Tribunal de Justicia aplica desde hace años una ambiciosa política medioambiental, orientada al cumplimiento de las normas más exigentes en materia de desarrollo sostenible y de preservación del medio ambiente.
Como cada año, la institución da cuenta de la evolución de los indicadores más recientes de que dispone, es decir los de 2020.
En la gestión del complejo inmobiliario de la institución, así como en la gestión diaria de los medios y herramientas puestos a su disposición, subyace el deseo constante de respetar el medio ambiente, como acredita la obtención de la certificación EMAS (Eco-Management and Audit Scheme) desde 2016. La certificación EMAS, creada mediante un reglamento europeo y otorgada a las organizaciones que cumplan estrictos requisitos relacionados con su política medioambiental y con sus esfuerzos en pro de la conservación del medio ambiente y del desarrollo sostenible, constituye un valioso reconocimiento del compromiso ecológico del Tribunal de Justicia y de los notables resultados medioambientales alcanzados.
En su Declaración medioambiental anual, el Tribunal de Justicia realiza un balance detallado de los logros medioambientales y de los proyectos ecológicos actuales y futuros en la institución. Por ejemplo, el Tribunal de Justicia ha elaborado un módulo de formación en línea que se dirige a todos los recién llegados para informarlos de los aspectos medioambientales de su trabajo diario, sugiriendo buenos hábitos desde el punto de vista de la informática y la ofimática, de la utilización de la energía, del agua y del tratamiento de los residuos, así como para sus desplazamientos.
Entre las actuaciones concretas recientes, el Tribunal de Justicia ha eliminado por completo las botellas de plástico de un solo uso de las salas de vistas, de deliberación y de reunión desde noviembre de 2020.
El equivalente a tiempo completo (ETC) es una unidad que permite efectuar una medida de la actividad profesional independiente de las disparidades en cuanto al número de horas de trabajo semanales de cada agente, debido a diferentes fórmulas de trabajo.
Los indicadores medioambientales para el agua, los residuos, el papel y la electricidad corresponden a los del año 2020. Las variaciones se calculan con respecto a 2015, año de referencia.
La importante reducción de los residuos y del consumo de recursos se explican por el carácter excepcional del año 2020 a consecuencia de la crisis sanitaria.