El Tribunal de Justicia está comprometido desde hace muchos años con una ambiciosa política medioambiental, orientada al cumplimiento de las normas más exigentes en materia de desarrollo sostenible y de protección de los recursos naturales. El compromiso de la institución con las prácticas respetuosas del medio ambiente se manifiesta desde 2016 mediante su certificación EMAS (Eco-Management and Audit Scheme). Esta certificación, regulada por la Unión Europea, se otorga a las organizaciones que cumplen normas estrictas en lo concerniente a sus políticas medioambientales, a sus esfuerzos en pro de la protección del medio ambiente y a sus métodos de trabajo sostenibles.
En 2023, el Tribunal de Justicia prosiguió sus esfuerzos para poner fin al uso de botellas de agua de plástico en sus edificios. El nuevo contrato de restauración prohibió la venta de botellas de agua de plástico. Además, el Tribunal de Justicia siguió distribuyendo botellas reutilizables a su personal con el fin de fomentar el uso de las fuentes de agua instaladas en 2022.
El consumo de energía retoma ahora la trayectoria descendente que se observaba antes de la pandemia. Este resultado se consiguió abandonando las medidas especiales de ventilación impuestas por la crisis de la COVID e instalando filtros de aire más eficientes. Junto con las medidas extraordinarias de ahorro energético relacionadas con la guerra en Ucrania, el Tribunal de Justicia registró una reducción significativa de su consumo energético de electricidad y calefacción.
Para el período 2022-2023, el Tribunal de Justicia fijó objetivos numéricos por lo que respecta al consumo de papel. En 2022, el uso de papel de oficina (sin contar las publicaciones externalizadas) disminuyó en un 54,1 % en comparación con su nivel anterior a la crisis de 2019, tendencia que se prosiguió en 2023 gracias a los cambios en los hábitos y a la continuación de la digitalización de los procesos y documentos. Además, en septiembre de 2023, el Tribunal de Justicia decidió limitar el número de impresoras personales al mínimo indispensable, con el fin de ahorrar energía, consumibles y papel, así como de reducir en consecuencia su huella de carbono.
- Mejora del reciclaje de residuos y reducción de los plásticos de un solo uso
- Participación en el sistema de bicicletas de uso público Vel’OH y apoyo a los desplazamientos en bicicleta
- Mejora de las infraestructuras de calefacción, ventilación y climatización
- Reducción de residuos «Oficinas y Restauración» - 50 % kg/ETC
- 5. Reducción del consumo de agua - 10,1 % m3/ETC
- Reducción del consumo de papel- 62.1% kg/ETC
- Reducción del consumo de electricidad - 23.2% kWh/ETC
- Reducción del consumo de energía para la calefacción - 23.6% kWh/ETC
-
3 466 m2 de células fotovoltaicas para una producción de
422 003 kWh: equivalente a las necesidades anuales de 76 familias - Reducción de las emisiones de carbono - 31.7% kg CO2/ETC
El equivalente a tiempo completo (ETC) es una unidad que permite efectuar una medición de la actividad profesional independiente de las disparidades en cuanto al número de horas de trabajo semanales de cada agente, debido a los diferentes regímenes de trabajo.
Los indicadores medioambientales para el agua, los residuos, el papel, la calefacción y la electricidad corresponden a los del año 2022. Las variaciones se calculan con respecto a 2015, año de referencia para el sistema EMAS.